Nueva York, Estados Unidos
Primera semana de Junio de 2007
Lexa
Siempre he pensado que
Nueva York era una ciudad oscuramente pretenciosa, había venido otras
veces con mis padres cuando era una niña y después de la muerte de ambos
solía pasar tiempo aquí con mi abuelo. No era una gran fanática del
bullicio, el sonido de las cornetas, el parloteo de la gente, la
contaminación, los diferentes aromas, algunos insoportables, pero era el único lugar en el mundo donde podía desaparecer, nadie se esperaría que fuera a una ciudad que no me agradaba.
Afuera la gente buscaba
refugio, se había desatado una tormenta sobre la metrópolis. Los truenos
retumbaban hasta mover los cimientos del apartamento, en lo que a mí
respecta hacía un día perfecto.
LTW. Con el dedo índice escribí mis iniciales en el vaho que se formó en el cristal de la ventana.
Lexa Tramell Wood. Hija
de Peter Tramell y Sonja Wood. Nieta de Horace y Serena Tramell. Hermana
mayor de Aiden. Comandante de la Armada Real Terrana. Agente del Creador en la tierra.
Tomé el liderazgo de
la ART harían ya seis meses, después de la muerte de mi abuelo. Para lo
primero nací, para lo segundo no estaba preparada. Fue un terrible
shock, y sonará duro, pero no sufrí tanto ni con la muerte de mis padres
y eran buenos padres, no podía quejarme; mi abuelo, él era mi vida y me
enseñó tanto como tan poco. Al final, gracias a él yo sabía unas cosas y
desconocía otras, Horace me contaba lo necesario y sus últimas palabras
seguían siendo motivo de sueños y largas horas de reflexión; hasta
ahora sólo había decodificado dos archivos, y leído unos tres de siete
libros de notas que tenía resguardados en una caja fuerte en Zúrich, aún
me quedaba mucho por investigar porque los Tramell tenían muchos
diarios, yo empecé por los actuales donde se registraban los nombres de
aliados y enemigos, y sucesos de la última década. Además de soldados
pertenecíamos al gremio de Historiadores y Alquimistas sólo que de éstos últimos la práctica había menguado.
La gente se
sorprendería si supiera todo lo que se les ocultaba a la vista.
Hace varios días por ejemplo.....
Flashback
Octavia y yo habíamos
llegado a Nueva York para informarnos de lo que estaba pasando, por qué
la cabeza decapitada de un hombre de negocios muy conocido fue
encontrada en medio de la carretera en Manhattan; su nombre era Tristán
Bogdánov, a la luz pública era accionista de los hoteles Alyosha, pero
no era humano, de hecho, el dueño de los hoteles, Velkam Alyosha,
tampoco lo era. Nuestros registros los contaban como Bebedores de
Sangre. Blood Drynka's. Vampiros.
Hasta ese momento
no habíamos tenido noticias de una guerra interna en el mundo de esas
criaturas, existía un tratado donde se dejaba estipulado que la Élite
humana no intervendríamos en sus asuntos ni ellos en los nuestros, pero
teníamos que ser precavidos y monitorear sus movimientos, después de
todo eran criaturas peligrosas. Irónico que yo nos viera a nosotros los
humanos, y más dentro de las Altas Esferas, del mismo modo.
Nos tocó cubrir la
verdad sobre lo que era Tristán, nos encargamos de desviar la atención
por órdenes de nuestros superiores y de recoger información acerca del
por qué pasó eso. La investigación nos llevó a Seattle, al otro lado del
país donde uno de los laboratorios G perteneciente al Grupo Griffin
estalló. No quedó nada que nos fuese de ayuda, ni siquiera pudimos
localizar a los dueños del laboratorio, habían desaparecido.
Era sospechoso
que en los días siguientes se registrara la llegada de un grupo de Blood
Drynka's provenientes de distintos lugares del mundo, era un pequeño
grupo pero lo suficientemente grande para pensar que la situación era
grave, tenían un conflicto interno.
Octavia y yo
vigilamos personalmente el Hotel Alyosha de Seattle porque los recién
llegados se hospedaron allí, el mismo Velkam había puesto pie en la
ciudad unos días antes. Para entonces se encontró a varias personas
muertas en un supermercado de camino, presuntamente fue un suicidio
colectivo, y no uno de los que están auspiciados por los Sabios.
Y así otros
sucesos violentos que nada tenían qué ver con mis Superiores, y ellos
mandaban a ponerle fin, yo debía cumplir la función de Representante
para pedir que se pusiera un alto a la carnicería para que el secreto
siguiera siendo tal pero todo pasó tan rápido que no había tenido tiempo
de pedir una audiencia con el mismo Velkam Alyosha quien era uno de los
líderes Blood Drynka, reinaba en Rusia y al país donde fuera tenía el
título de Embajador, tenía autoridad sobre los Bebedores de Sangre, él
podía hacer algo. Pero fui yo la que no pude detener lo que sucedió
después, no tuve tiempo.
―Lexa, hay mucho movimiento esta noche―dijo Octavia pasándome los binoculares―. Mira, ¿ése de allí no es....
―Vládimir
Bélikov―susurré viendo cómo el hombre bajaba de una limusina en compañía
de otros dos hombres y una chica cuyo rostro no llegué a ver.
―¿Ya viste quién lo acompaña?
―Drako Višnjić, el Vice Presidente de SaharGlobal, y Arath Griffin. Al fin aparece―susurré―. Pero ¿qué hacen los Presidente y Vice Presidente de SaharGlobal con un Blood Drynka?
Arath Griffin era un
líder vampiro dentro de los Estados Unidos, ya de por sí teníamos
interés en el señor Bélikov, ésta amistad con Griffin de la que no
estábamos enteradas sería una sorpresa para la Élite.
―No sólo eso debería parecerte raro, se supone que Vládimir debería estar en Japón.―Octavia
me enseñó una fotografía que tenía en el móvil, era parte de una
noticia sobre los convenios que se firmarían entre una empresa japonesa y
SaharGlobal―. ¿Cómo es que está aquí y está allá al mismo tiempo?
―El abuelo no tenía registros de él en sus libros, es humano, estoy segura de que es humano.
Habían entrado, al
hacerlo y junto con el chófer los otros tres hombres parecían querer
ocultar de la vista pública a la chica que iba con ellos. Me intrigó.
Al poco rato salió un hombre que reconocí de los registros.
―Ezio Fortuna―dijo Octavia―. Vale, sé que los hoteles Alyosha son el hogar de los Blood Drynka que están de paso, pero definitivamente algo anda mal, Heda―comentó haciendo uso del rango de Comandante en lengua antigua.
―Sólo con ver a la
Guardia que anda por los alrededores basta para darse cuenta de que
están lidiando con un problema interno que si no detienen nos arrastrará
con ellos.
A Lucrecia esto le
alegraría, los Blood Drynka no eran santo de su devoción aunque
hacíamos uso de los más revoltosos para hacer algunos trabajos. Esas
criaturas eran consideradas un error que aún debía solucionarse,
quedaban pocos que al mismo tiempo eran suficientes para enfrentar a La
Realeza. Eramos enemigos a muerte, ellos habían nacido del despiadado
Caín, primer asesino y vampiro de la historia.
―Allí vienen―anunció Octavia.
Unos cortos veinte minutos habían pasado desde que entraron, y ahora venían de regreso.
―Eso fue rápido.
Vládimir subió con la chica a la limusina, hicieron lo mismo que al entrar, la cubrieron para que nadie la viera.
Drako y Arath se fueron corriendo haciendo mérito de la velocidad que le otorgaba ser unos monstruos chupasangre.
―¡Dios mío! Drako Višnjić es uno de ellos, es un Bebedor de Sangre, ¿por qué no está en los libros de Horace?―dijo Octavia.
―No sé, tampoco es que los hayamos leído todos, habrá que esperar, por ahora pon el coche en marcha. Sigue esa limusina―le ordené.
Octavia tomó la
precaución de mantenerse a una distancia prudente para que no se dieran
cuenta de que los seguíamos; se detuvieron de golpe frente a un parque
al cual entraron. Le dije a Octavia que rodeara el susodicho para ir por
el otro lado.
No nos quedamos para ver el final, lo que vimos y escuchamos fue suficiente.
Ahora
Freyja. Circe. Faye.
Sahar. Éste último era el nombre de la chica a la que Vládimir y sus
amigos intentaban ocultar.
Sahar, como SaharGlobal.
Habían cuerpos
apilados a los pies de un árbol, debajo de dos mujeres que colgaban de
las ramas del mismo. Una de ellas se parecía un poco-y con "poco" quiero decir "mucho"-a Octavia; la que
respondía al nombre de Freyja era rubia, una Diosa nórdica, literal.
Volví al sofá, me senté con la vista fija en el ordenador, otra vez.
―Deberías volver a la cama, Lexa.
Levanté la mirada, Octavia entró al salón.
―No estoy cansada―dije.
―Llevas días encerrada aquí, no respondes llamadas, no hablas con nadie, no ves a nadie....
―Te veo a ti, ¿no es eso suficiente?
―¿Lo es?―preguntó ella sentándose a mi lado.
―Lo es, eres la única a
la que dejo entrar, siéntete afortunada.―Octavia se sonrojó, me rodeó
con su brazo y besó la comisura de mis labios―. Gracias por entrar a mi
vida, Octavia Blake―sonreí.
Octavia subió las
piernas al negro sofá y las rodeó con sus brazos, llevaba una bata azul
eléctrico puesta y cerrada a la cintura. Miró la portátil y los libros y
hojas desperdigadas por la mesita.
―Sigues sin saber cómo empezar ese maldito informe para Los Sabios―supuso.
―De hecho ya sé lo que diré: "fue un conflicto interno que ya se arregló, no representan peligro alguno para nosotros".
―Dudo que se queden satisfechos con eso.
―Y yo, pero ¿cuando es que están satisfechos con algo?
Octavia rió.
―Veo que sigues mirando las fotografías que tomamos esa noche en Seattle.
Cogí una y se la entregué.
―Freyja, Diosa nórdica,
lo dicen los registros del abuelo. Es una Nephilim, hija de un Elohim
Grigori, un Ángel Vigilante. Freyja, La Reina de Fólkvangr. Es real,
como que la otra mujer que colgaba de esa rama llevaba por nombre Circe,
una bruja milenaria de la que se habla en muchos libros, poemas, un
mito hecho verdad. Vimos a estas mujeres mezclarse con vampiros en una
noche, Octavia, ¿qué más descubriremos a partir de ahora?
―Vládimir podría darnos
algunas respuestas, es lo que habría querido tu abuelo, ¿no? Después
podemos seguir revisando toda la información que tiene tu familia. Pero
ni Lucrecia ni nadie de nuestro entorno puede enterarse.
―¿Jugaremos para los dos lados?―Enarqué una ceja―. Cuánto he influido en ti, sumisa.
―Cierra la boca―dijo acompañando sus palabras con un golpe en mi brazo.
―Te encargarás de hacer una cita con el señor Bélikov.
―¿Yo? Pero si ése hombre es inaccesible, apenas y sí se deja ver, ¿cómo crees que conseguiré una cita con él?
―Sorpréndeme.
Octavia cogió otra foto mientras yo hacía lo mismo con uno de los cuadernos de notas.
―Mira este dibujo y dime
que no se parece a quien creo―le pasé una hoja suelta donde Horace
había pintado el retrato de una joven mujer.
―Amanda Carlysle―musitó.
―Lee el pie.
―Amelia Argent, primogénita de Caín, hija biológica de Halia, hija adoptiva de Gaspard Argent, hermana mayor de Amara Argent―leyó―. Horace sí encontró a una de las hijas del Immortal, y no le bajó la información a Los Sabios.
―Sabía que correría peligro, la estaba protegiendo de Ellos.―Se
decía que Caín tuvo por lo menos dos hijas biológicas, ambas estuvieron
en un instituto que se incendió en 1995. En la actualidad una estaría
por cumplir los dieciséis y la otra estaría en los veinte―. Y pensar que
la tienen bajo las narices, esa Amanda que vive con los Carlysle no es
la verdadera Amanda.
―Tu abuelo encriptó y
ocultó mucha información a la Élite, ¿sabes en qué convierte eso a tu
familia a los ojos de Lucrecia y el resto?
―¿Espero un poco o me suicido ya?
―Eres igual de dramática que tu abuelo―rió Octavia.
―Horace guardó mucha
información para mí porque ya empezaban a caer sospechas sobre él, no
fue estúpido, sabía que al yo convertirme en la nueva Comandante verían
en mí una amenaza para la causa, ¿por qué crees que aún no he sido
merecedora de los secretos que guardan Los Sabios? Aún no me he ganado su confianza, y no me importa, sé que la sangre de mi abuelo está en las manos de Los Sabios, de Lucrecia. Aquello no fue un accidente.
―Y lo peor es que si confirman que no estás cumpliendo del todo con el compromiso que tienes con Ellos por ser la nueva matriarca de los Tramell, irán a por Aiden, a por la persona que más quieres.
―Aún estás a tiempo de abandonar el barco.
―Ni lo sueñes―replicó.
―Te prometo que los protegeré a ti y a Aiden, pase lo que pase.
―Entonces programemos una reunión con Vládimir Bélikov―asintió sonriendo―. ¡Huele a rebelión!―exclamó.
Compruebo que el suspense y la intriga sigue reinando en esta nueva entrega... y es un placer volver a saber de estos personajes tan familiares para mí... oh, mi querida Amanda...
ResponderEliminarMil besitos, mi niña escritora.
Amanda, Amanda, imposible abandonar a Amanda :)
EliminarEs un personaje que me resulta interesante, y que cuyas escenas siempre disfruto escribir, como las escenas Faye/Sahar :)
Mil besitos, Mi Hermosa Aurora!!!
Interesante ver parte de la historia contada desde otro punto de vista. Y ver que tanto ciegan las circunstancias, como creer que Cain es un asesino. Cuando resulta ser el primer antiheroe, capaz de rebelarse ante el más grande engaño.
ResponderEliminarLo que costó la muerte de Circe, por suerte algo revertido, como de Freya fue toda una tragedia.
Me gusta tu estilo.
Beos.
Tenía un poquito de miedo cuando empecé a escribir lo que ocurrió en Seattle desde otro punto de vista, era un ir y venir para no perder detalle, siempre se pasa por alto alguna cosa, pero hasta el momento ha ido bien, creo..
EliminarSí, es una suerte que Caín y Circe hayan hecho el Contrato de Sangre mucho antes y de esa forma la Maga pudo salvarse ;)
Que lindo, gracias!!!!
Tu estilo siempre me lleva a imaginar todo en forma de comics, cobra vida en mi mente cada viñeta y es fascinante :)
Besoooosss!!!!
Comienzan a asomar los nombres ya conocidos y esta otra perspectiva no deja de ser intrigante, es como si los misterios nunca acabaran.
ResponderEliminarBesos dulces Ivel y dulce semana.
Amodoro el misterio, y tu compañía, Poeta, te torturaré con historias largas xDDD
EliminarGracias de nuevo por pasearte por aquí ;)
Besicos para tu semana!!!!